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Telepatía y el vehículo etérico

Autor: Alice Bailey .

La base científica del ideal ampliamente aceptado de la “hermandad humana”, reside en el hecho de la estructura etérica –o energía – entretejida que subyace todas las formas en todos los reinos dentro del planeta.  Es esta unidad esencial la que proporciona las condiciones para la intercomunicación a todos los niveles de consciencia, y crea la posibilidad de la impresión simultánea en muchos mediante una corriente de energía inspirada por el Plan.

Información adicional

Autor

Dimensiones

21 x 15

Distribuidores

Arnoia Distribución de Libros S.A.

Editorial

Nous

Fecha de publicación

01/11/16

ISBN

978-84-945809-3-2

Encuadernación

Rústica fresada con solapas

Número de páginas

238

Formato

,

Título Original

Telepathy and the etheric vehicle

SKU: telepatia-y-el-vehiculo-eterico-variable Colección: Tema: Identificación del producto:27742

15,00 

Descripción

La base científica del ideal ampliamente aceptado de la “hermandad humana”, reside en el hecho de la estructura etérica –o energía – entretejida que subyace todas las formas en todos los reinos dentro del planeta.  Es esta unidad esencial la que proporciona las condiciones para la intercomunicación a todos los niveles de consciencia, y crea la posibilidad de la impresión simultánea en muchos mediante una corriente de energía inspirada por el Plan.

El ocultismo tiene que ver con los hechos científicos tras los idealismos espirituales que muchos aceptan, porque idealizar es una tendencia humana natural. Uno de los conceptos más idealizados, es la de la hermandad humana.  El ocultismo muestra que la base científica de ese ideal reside en el hecho de que una estructura etérica subyacente en todas las formas dentro del sistema solar, energizada y mantenida en la existencia por una fuerza vital. Por lo tanto, la humanidad es una en la vida y en la forma; simplemente es inconsciente de la unidad en su propia consciencia. 

En todo este proceso, las facultades del hombre juegan un papel importante –los cinco sentidos objetivos con sus cinco contrapartes espirituales.  El principio o facultad mental es de tremenda importancia para la humanidad en esta etapa en su desenvolvimiento evolutivo.  La triple mente unifica como una facultad, la mente superior o abstracta, el alma –el hijo de la mente, y la mente inferior concreta. A medida que esta condición de fusión y control mental se desarrolla, el discípulo aprende a usar la mente de nuevas maneras, especialmente en el manejo de la energía que, dado que vitaliza y anima su cuerpo etérico, influencia mediante radiación su efecto en los demás.

Es a través de este uso controlado y consciente de la energía mental, que se puede establecer científicamente comunicación telepática con otras mentes mediante la estructura etérica común a todos. Y por los mismos medios la mente del discípulo o de un grupo de discípulos que estén desarrollando conciencia grupal, pueden ser impresionados por la claridad de pensamiento y de propósito de aquellos miembros de la Jerarquía espiritual que se ocupan del funcionamiento del Plan para la humanidad.  Se nos dice que la Jerarquía espiritual trabaja solamente a través de las mentes de los discípulos, utilizando la ciencia de impresión, y solamente para los objetivos del Plan. La impresión es transportada como una corriente de ideas –aquellas ideas inherentes en el Plan para el hombre– que el discípulo o el grupo, pueden entonces interpretar y traducir a una acción escogida por ellos mismos.

La forma de telepatía que se está desarrollando ahora dentro de los aspirantes del mundo espiritualmente despiertos, no es, por lo tanto, la del centro plexo solar que es de naturaleza animal, sino el resultado de una polarización y penetración mental en la conciencia hacia el alma y la Tríada. Esto produce un canal de comunicación abierto en dos direcciones –verticalmente hacia la Jerarquía espiritual del planeta, buscando impresionar el Plan en todas las mentes receptivas, y horizontalmente hacia las mentes de los hombres unidas en la sustancia mental de la conciencia humana como una.

La segunda parte de este libro discute la estructura etérica del planeta y del sistema solar del cual cada hombre y cada forma es una parte integrante; el patrón del triángulo en el control del flujo de la energía y en establecer una continuidad de circulación a través de todo el sistema, tiene una importancia inmediata para la humanidad. Estamos implicados en la vida del Logos Planetario –“en Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”– y somos parte contribuyente del esfuerzo actual de llevar el cuerpo etérico bajo la influencia del alma, simbolizada por el triángulo.  Hasta donde, y a la velocidad, que tengamos éxito, la estructura etérica planetaria estará cambiando de forma para volverse más conscientemente integrada en el sistema de energía del cual nuestro planeta es una pequeña unidad.

Así  se ejemplifica el proceso vivo de unidad –la parte contribuyendo a la totalidad, y la totalidad  afectando a la parte a través de cada célula y de cada átomo  de todos los grados de sustancia que contiene.

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