El Investigador Sigiloso
(o la vida en noventa grados)
Arnau Taberner
Indaga en la incierta frontera entre ficción y realidad, brindando al lector dos interpretaciones de un suceso inexplicable: la primera, racional, atenta a causas y efectos; una segunda mágica, disparatada, pero paulatinamente más creíble que la primera, conforme la “realidad” se distorsiona.
En plena burbuja inmobiliaria, el edificio principal de Corporación XX! desaparece, dejando tras de si el vacío y una chica muerta. El narrador, como investigador sigiloso, tratará de solucionar el enigma, indagando en plantas y sotanos del edificio, donde a golpe de blackberry pulula una fauna abigarrada y variopinta: arquitectos suplicantes
de empleo que sueñan con el puesto de limpiadores, tiburones financieros que se revuelven en su pecera, directivos que ocultan su identidad, operarios que ven en la inacción la salvación de la maquinaria productiva…
Ni las detalladas cuentas de resultados o los complicados balances, ni las exhaustivas auditorias o la intervención poderosa del Ministerio podrán o querrán explicar del todo el vacío y la muerte. La inopinada ayuda de un viejo exiliado, socarrón y borrachín, proporcionará al narrador una visión acabada, mágica y perfecta de los sucesos indagados.
¿Coincidirá el lector con la solución que se le brinda? Aunque así no fuera, es seguro que el recorrido narrativo hasta la conclusión le aportará alguna clave explicativa de por qué los edificios como la Corporación se desvanecen.
Aún no hay comentarios