La poesía de Inés María Guzmán responde a una voz innovadora que invita a indagar sobre la búsqueda de la identidad humana. En este tratado, reflejo de un itinerario vital, las mujeres adquieren un gran protagonismo. Por ello, la postura del personaje poético se centra en el sentimiento afectivo y en su estar cotidiano, como constante casi invariable de toda su obra. 

La presencia y la actitud  de la mujer, en la versátil obra de Inés María Guzmán, especialmente, en Acto segundo, escena cuarta: Mujer sola, se describe en el accionar de la poeta hablante, en su estar en el mundo y se perfila a traves de aconteceres y de silencios impuestos. La protagonista, una mujer de carne y hueso inmersa en su ser-hacer-quehacer cotidiano, vive las tribulaciones  y los avatares del destino enfrentada a un entorno urbano, afectivo y circunstancial crispado de soledades, presencias y ausencias aquiescentes.